Ódiame tú, que yo no tengo tiempo.
Son demasiadas las personas que no nos quieren de verdad y tú solo tienes dos opciones:
1.-Dejar que te influyan, pensar en ellas cuando ellas no están pensando en ti, estar mal las 24h. de todos los días y no poder disfrutar verdaderamente lo que tienes delante ni valorarlo.
2.- SER FELIZ.
Yo, opto por la segunda. No podré negar que he vivido mucho tiempo la primera opción y ahora me doy cuenta de que no es así.
Ayer, una persona que quiero muchísimo y admiro me notó que me pasaba algo, enseguida se lo expliqué y me dijo: -Puede que este problema para ti ahora sea un mundo, luego crecerás y tendrás otros pero la vida es más fácil de lo que crees solo si tu quieres.
Justo en ese momento me llegó un mensaje no muy agradable de una persona que digamos que no me quiere mucho y después de leerlo. Miré donde estaba, con quien estaba y pensé que día era.
Era sábado, estaba con aquella persona tan importante para mí y estaba escuchando un concierto en un lugar donde muy pocos entran. Sonreí. Al fin y al cabo me alegró saber que me daba igual aquel inútil mensaje. Era una clara señal.
Ahora quiero decirte a ti que sonrías. Sí, sí. A ti que estás leyendo esto. Y es que a veces tiene que pasarte algo para que sepas quien importa o qué en esta vida. Para que sepas valorar lo que tienes y apreciar esos pequeños detalles que marcan la diferencia.
¿Que opción eliges tú?
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